En los primeros años de app2U, nos encontramos con un proyecto que, en principio, parecía la oportunidad perfecta para crecer. Pero, con otros temas en marcha y dudas sobre la viabilidad del proyecto, decidimos decir «No». Fue difícil llegar a esa conclusión, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta de que ha sido una de las mejores decisiones que podíamos tomar.

La importancia de decir «No»

Decir «No» a un nuevo proyecto puede parecer una contradicción. Pero aceptar proyectos que no encajan con las capacidades, valores o recursos de tu empresa puede ser un problema a largo plazo.
En nuestro caso, rechazar ciertos proyectos nos ha permitido mantener nuestro enfoque, asegurar la calidad de nuestro trabajo y utilizar nuestros recursos de manera más eficiente.
Con el tiempo, hemos visto que si nos mantenemos fieles a una estrategia y no nos desviamos por oportunidades que no nos convienen, la probabilidad de éxito es más elevada.
Esto se debe a que podemos concentrarnos en lo que realmente hacemos bien, en lugar de dispersar nuestros esfuerzos en proyectos que no aportan tanto valor

Rechazar ciertos proyectos nos ha permitido mantener nuestro enfoque, asegurar la calidad de nuestro trabajo y utilizar nuestros recursos de manera más eficiente.

Cuándo decimos «No»

Para una empresa de desarrollo de aplicaciones como la nuestra, es importante saber cuándo rechazar un proyecto. Siempre priorizando lo que es mejor para nuestro equipo y para nuestros clientes, a continuación, te mostramos algunos ejemplos de situaciones que se han dado a lo largo de los más de 10 años de experiencia en el sector.

Falta de viabilidad:

Si vemos que lo que nos piden no tiene mucha viabilidad, preferimos ser honestos y decir que «No».
Por ejemplo, hace poco, un cliente potencial nos presentó un proyecto para crear una nueva red social con múltiples funcionalidades innovadoras orientada a deportistas.
Conceptualmente, era interesante, pero vimos que tenía poca viabilidad: las ideas no estaban bien definidas, no había modelo de negocio y el equipo que lideraba el proyecto, no parecía tener la capacidad necesaria para llevarlo a cabo.
Este tipo de proyectos suelen ser presentados por personas que buscan un rápido éxito en el mercado. En estos casos, preferimos ser realistas y rechazar el desarrollo dando nuestro feedback al cliente.

Foco en la innovación:

Nos gusta centrarnos en proyectos que nos permitan crecer como equipo.
Por ejemplo, una empresa dedicada a la fabricación de pararrayos nos contactó para desarrollar una app que se conecta por Bluetooth a sus dispositivos para facilitar el mantenimiento preventivo.
Aunque el proyecto era complejo, nos ofrecía un reto interesante y la oportunidad de aprender. Por eso, priorizamos aquellos trabajos que representan un desafío y aportan valor tanto a nuestros clientes como a nosotros mismos.

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Falta de recursos o expertise:

Aceptar un proyecto sin contar con los recursos necesarios puede ser un gran error.
Hace poco, un cliente potencial nos pidió actualizar una aplicación desarrollada con una tecnología que nosotros no trabajamos y tampoco tenemos previsto hacerlo más adelante.
Aunque el proyecto parecía interesante, reconocimos que no teníamos la experiencia necesaria para trabajar con esa tecnología específica.
En lugar de aceptar el proyecto y correr el riesgo de no cumplir con las expectativas, sugerimos al cliente otro proveedor más especializado en esa tecnología.
De esta manera, aseguramos que el cliente reciba la mejor solución posible, aunque no sea de nuestra mano.

Tamaño del proyecto:

No aceptamos proyectos de empresas muy pequeñas porque suelen ser de menor envergadura.
Por ejemplo, hemos desarrollado una aplicación para gestionar los almacenes de una gran cadena de zapaterías con tiendas a nivel nacional.
Normalmente, un proyecto así, genera una viabilidad a largo plazo que establece una relación continua con el cliente más allá del proyecto inicial.

Bodyshopping:

No trabajamos con nuestros clientes solo para proporcionar personal temporal. Nos enfocamos en ofrecer soluciones completas y trabajar de manera integral con ellos. Este enfoque nos ha permitido construir relaciones duraderas y de confianza. Nos aseguramos de que cada colaboración sea profunda y significativa, evitando enfoques superficiales.

Plazos poco realistas:

Es habitual que nuestros clientes quieran acabar sus proyectos de inmediato, pero si los plazos comprometen la calidad del trabajo, es mejor rechazarlos. En el desarrollo de aplicaciones no hay que correr; es mejor calcular los tiempos debidamente para que todo salga bien.

Conclusiones:

En app2U, nuestro compromiso con los clientes incluye saber cuándo decir «No» para garantizar la calidad y eficiencia de nuestros proyectos. Esta práctica ha sido clave para nuestro crecimiento, permitiéndonos enfocarnos en lo que realmente hacemos bien: desarrollar aplicaciones a medida para empresas.